Usualmente cuando pensamos en los componentes de una relación sana, nos imaginamos las maneras a través de las cuales las parejas discuten y resuelven sus conflictos. La cultura popular nos ha hecho creer que esto es lo único que importa. Sin embargo, aunque es importante, los estudios actuales demuestran que realmente lo que separa a una pareja feliz de aquellas que se encuentran en problemas es el mantener una mayor proporción de interacciones positivas que negativas con la pareja. (1)
Las relaciones se pueden entender como un ecosistema delicado. En el ecosistema tiene que existir un equilibrio entre depredadores y presas para lograr alcanzar la estabilidad. Así mismo, funcionan las relaciones. Tiene que existir un equilibrio entre el conflicto y las interacciones negativas, y las demostraciones de amor e interacciones positivas. Una relación sin conflicto tiene poco espacio para que se puedan resolver las diferencias inevitables de la vida en pareja y crecer; pero una relación sin suficientes interacciones positivas carece de las bases para sostener momentos difíciles. (2, 3)
A lo largo de la vida cotidiana, de maneras aparentemente insignificantes, las parejas hacen pequeños gestos de acercamiento emocional que pueden ser recibidos de estas tres formas: (2)
- Aceptando el acercamiento :
El acercamiento se recibe y reconoce de manera positiva.
- Alejándose del acercamiento:
El acercamiento se evita, por ejemplo, se cambia el tema o se ignora a la persona.
- Poniéndose en contra del otro:
El acercamiento se recibe con molestia que se hace evidente a través del comportamiento, por ejemplo, se actúa de manera irritable.
Cuando estos acercamientos se inician y se reciben positivamente, se crean espacios de conexión emocional que se convierten en interacciones positivas. Estos momentos de conexión emocional generan “ahorros emocionales” que sirven cómo un colchón para los momentos de tensión. (3)
De manera general, lo recomendable es mantener una proporción de 5:1. Es decir que mientras existen 5 veces más interacciones positivas que negativas dentro de la pareja aumentan la probabilidad de que la relación sea estable. Esto desmiente el hecho de que las parejas felices no pelean. Una pareja con un mayor número de confrontaciones y conflictos, pero con aún más interacciones positivas probablemente todavía mantiene una relación estable, sana y satisfactoria. Asimismo, las parejas con un menor número de interacciones positivas que tienen un número mucho menor de interacciones negativas probablemente también gozan de una relación estable, sana y satisfactoria. (3)
Referencias bibliográficas
- Gottman, JM (1998). Estilos de matrimonio: el bueno, el malo y el volátil. En Por qué los matrimonios tienen éxito o fracasan: y cómo puedes hacer que el tuyo dure (págs. 59-61).
- Cruz, H. (2010). Cómo la positividad contribuye a un matrimonio feliz . Universidad de Caminos Reales.
- Gottman, JM (1998). Estilos de matrimonio: el bueno, el malo y el volátil. En Por qué los matrimonios tienen éxito o fracasan: y cómo puedes hacer que el tuyo dure (págs. 59-61). Bloomsbury Publishing PLC.